Últimamente hemos padecido los
habitantes de la ciudad de México una serie de movimientos sísmicos,
comenzando por el del pasado 20 de marzo de 7.4 Richter; que a muchas personas
de más de 35 años, les hizo recordar el 19 de septiembre de 1985 donde hubo
miles de muertos y millones de dólares en pérdidas ocasionados por un terremoto
de 8.1 Richter. Anterior a éste el más fuerte había sido el 28 de julio de 1957 un sismo de 7.7 también
causó daños considerables además de 700 muertos.
Lo anterior nos hace
cuestionarnos ¿Por qué no hubo desastres mayores en la capital? ¿los ingenieros
y arquitectos de antes no sabían construir?, ¿anteriormente los procesos
constructivos eran malos?, ¿Dios “odiaba” a los mexicanos? La realidad es mucho
más complicada que eso, Emilio Rosenblueth en su trabajo "Sismos y
sismicidad en México", comenta que fue hasta 1942 cuando aparece en el
Distrito Federal un reglamento de construcciones con normas específicas para
prevenir daños por sismo en las edificaciones, derivado de un sismo en 1941 que
causó daños significativos en construcciones principalmente de mampostería. Las normas
dentro del reglamento eran adecuadas para el tipo de construcciones que se
tenían para ese momento histórico, y los movimientos siguientes no causaron daño
mayor, hasta el sismo de 1957. El relajamiento de las autoridades ante
movimientos menores y construcciones relativamente modernas pero no diseñadas para un incidente esa magnitud, fueron las
cusas principales de los estragos causados aquel 28 de julio.
A raíz de ello se elaboran las Normas
de emergencia, sin embargo fue hasta el reglamento de 1976 donde se da un
avance en lo métodos de análisis y la zonificación de la ciudad de acuerdo a su
tipo de suelo. Pero fue hasta 1987 a consecuencia del sismo del ‘85 donde
encontramos una visión más realista en cuanto a protección de las edificaciones
que sus versiones anteriores.
Si aunamos a lo anterior los
planes y programas de protección civil y nuevas tecnologías aplicadas a la
construcción que existen actualmente en todo tipo de edificaciones, nos
encontraremos con una ciudad relativamente segura; aunque no debemos olvidar
que aún existen construcciones de más de 40 años de antigüedad que no se
construyeron bajo las normas vigentes al día de hoy, que deben ser revisadas y
en su caso reestructuradas o demolidas por la seguridad de sus usuarios.
Y esto, ¿qué tiene que ver con la
topografía? TODO, para desarrollar los métodos actuales de análisis, fueron analizadas
ruinas y videos con métodos topográficos para determinar inclinaciones,
desplomes y oscilaciones, indispensables para determinar estados límites de
falla de los materiales utilizados actualmente. Los estudios geotécnicos se
apoyaron en cartografía cada vez más detallada para determinar la zonificación
geotécnica de la ciudad de México (necesario para diseñar cimentaciones y
superestructura), hoy por hoy, para contar con un desempeño estructural
adecuado, muchos elementos constructivos son colocados topográficamente en obras
de todo tipo; haciendo al profesional de la topografía un elemento indispensable
en todo tipo de proyectos, desde un dictamen de seguridad estructural, la
construcción de un puente o simplemente el diseño de una casa.
Arq. Dante Augusto Loeza Amaro
Coord. de Proyectos MX Topografía
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